Todo conocimiento, parte de una creencia. Justificada pero al fin y al cabo creencia. Se cree y siempre que se cree, se cree desde una cierta perspectiva, nunca totalmente cierta y casi nunca totalmente equivocada. En parte porque no existe una experiencia inmediata de nada, así todo conocimiento es a medias, parte de una perspectiva, y tiene como trasfondo lo enigmático. La única posibilidad de superar el solipsismo que lo anterior conlleva es apostar. La inter-subjetibidad por si misma no lo supera, sólo nos manifiesta la parte no operativa de asumirlo en la existencia, pero no su invalidez. No lo supera porque cada otro y el mundo entero podrían ser una realidad virtual. Sólo partiendo de la apuesta, se puede asumir la intersubjetividad.
Por otro lado intersubjetivamente: Lo que no se vale es creer que según como una persona, institución, lo haya tratado a uno, bien o mal, eso es para todos. Lo que no se vale es creer que la perspectiva de uno es la única perspectiva. Lo que no se vale es convertir la perspectiva inmediata en la única plausible, por ello hay que sopesar, tomar distancia, alejarse de las viseras y volver a pensar. Sentir, Volver a sentir, Confrontar, confrontarse, hacer introspección una y otra vez. Al final ninguna opinión es completa porque cada ente, cada instante del instante en el tiempo, en cada punto de cada grano de arena es inexorable.
Lo inexorable lo permea todo.
Lo anterior no indica que todo se valga, aún la posibilidad infinita de las interpretaciones y perspectivas conlleva limites; porque un infinito no implica "el todo", como las paradojas de Zenon y el calculo infinitesimal lo mostraron, entre dos puntos puede habitar un infinito, aunque estos dos puntos tan sólo refieran a un pequeño segmento de una recta. El conjunto infinito de las posibles interpretaciones y perspectivas falsas siempre sera mayor al conjunto de las posibles interpretaciones y perspectivas sensatas.