domingo, 13 de junio de 2010

El Destino.

No existe un único destino para el ser humano, menos aún para cada pueblo, para cada cultura. No estamos exentos de las evolución de las especies que descubrió Darwin, porque no semos seres etéreos o divinos exentos de la naturaleza; menos aún estamos exentos de la influencia del desarrollo técnico, nuestro propio cuerpo es prueba de ello. No tenemos colmillos porque tenemos cubiertos, no tenemos pelambre porque tenemos ropaje, no tenemos garras porque tenemos armas, no tenemos la suela de los pies cubierta por una callosidad gruesa por que tenemos calzado.

El fin del ser humano será la diversidad de una evolución post-humana o la aniquilación. El que no exista un porque de origen o un porque al final, un porque divino, o ni un porque en el fundamento de todo, en resumidas cuentas el que estemos flotando en la nada no le quita el sentido a cada nuestras vidas, ni a los proyectos de vida de cada persona, cultura o pueblo.

El milagro del azar es que a pesar del sin sentido, existamos en la tierra, en una pequeña y frágil burbuja etérea perdida en un efímero granito de arena en el abismo del cosmos. Mientras dure y podamos hacer que dure, mientras podamos mejorar en algo la vida de nosotros, los otros y de algunas generaciones que nos sigan con nuestro granito de arena, YA ES GANANCIA.

Esto no es nihilismo, no es derrotismo, es el realismo crudo y a secas que surge cuando uno despierta en la cruda, después de la embriaguez festiva de los sueños utópicos de la modernidad, que nos hacían pensar en un único final de la historia, de unos seres cuya naturaleza se creía soberana, universal y eterna. Un despertar que después de maldecir por el dolor de cabeza a todas las cosas, se da cuenta que el pesimismo posmoderno --posmo muy posmo-- tampoco le da una salida sensata, por ello trata de rescatar lo que le queda, recoger los fragmentos rotos, volverlos a pegar, saturar las heridas y seguir por el camino en la praxis, aunque se siga sangrando, los remedios sean provisionales y la cura total no sea posible. Simplemente porque no hay de otra.

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